¿Quién trata el sobrepeso y la obesidad?
ENTREVISTA DEL CENTRE DE PSICOLOGIA CARÁBO A ANNA PUJOL
¿Quién trata la obesidad?
Cárabo: ¿Qué es el sobrepeso y la obesidad?
Anna Pujol: De manera superficial podríamos decir que el sobrepeso y la obesidad no es más que un exceso de grasa corporal. Pero en realidad es mucho más que eso.
Tener un peso por encima del que tu cuerpo debería es una disfunción de nuestro sistema. Nuestro cuerpo está creado para mantener un peso estable, cosa que nos ha permitido sobrevivir durante miles de años.
Si tienes un peso por debajo de lo que deberías tu cuerpo se espabila para buscar fuentes de energía, se agudizan los sentidos hacía la comida y aumentan los sistemas de recompensa; además de disminuir el gasto energético para ahorrar energía. Por el contrario, si tienes un peso por encima de lo establecido se activan señales que hacen que tengas menos hambre y tu gasto energético sea más elevado. Todo al final para mantener el peso correcto.
Por lo cual, podríamos decir que el sobrepeso y la obesidad son causados por un desorden de la conducta que nos lleva a comer más de lo que nuestro cuerpo necesita. Eso provoca un mayor almacenamiento de grasa corporal y a la vez cambios metabólicos importantes.
Los factores que provocan sobrepeso y obesidad son muy diversos y complejos. Decir que una persona es obesa por su falta de voluntad es un grave error. Detrás de la obesidad se esconden condicionantes a nivel psicológico, económico-social, problemas neurológicos, ambientales, genéticos, biológicos y metabólicos.
Así pues, hay que entender el sobrepeso y la obesidad desde una visión mucho más extensa, con tratamientos más allá de comer menos y moverse más.
Cárabo: ¿Qué causas y qué consecuencias tienen el sobrepeso y la obesidad?
Anna Pujol: Vivir con un exceso de peso corporal tiene muchas implicaciones y consecuencias. El problema es que como cada vez hay más y más personas que sufren sobrepeso y obesidad lo hemos normalizado. No tenemos la percepción real de la gravedad que hay detrás de ese exceso de peso y el problema se agudiza cuando se trata de obesidad infantil.
Se ha demostrado que un niño con sobrepeso tiene altas probabilidades de ser obeso en su edad adulta, con los problemas físico-sociales que eso conlleva. También se ha visto que una gestante y una madre con obesidad puede transmitir esos problemas de peso a su hijo. Todo eso hace que la obesidad cada vez se extienda más en nuestra sociedad y ese es un problema real que no se le está dando la importancia que se merece.
Para ponernos en situación, en España en 2017 un 54,5% de la población adulta presentaba exceso de peso, más de la mitad. En 2019, niños de entre 8 a 16 años, un 34,9% viven con un peso por encima de lo que deberían (Datos de AECOSAN, informe OCN-NAOS). ¿Cómo frenamos esta epidemia que vive oculta delante de nuestros ojos? ¿Qué implicaciones tiene a nivel de salud pública la obesidad?
A nivel físico, un exceso de grasa corporal limita muchas funciones y altera el metabolismo del cuerpo. Puede afectar al funcionamiento de los órganos (por ejemplo, en el caso de hígado graso o arteriosclerosis), puede provocar problemas cardíacos, respiratorios, de tensión arterial, diabetes, problemas musculares, de movilidad, digestivos, etc. Es decir, hace que nuestro cuerpo no funcione correctamente, eso a la larga disminuye la calidad de vida y aumenta el gasto sanitario.
A nivel social también tiene muchas implicaciones que quedan ocultas. Se ha observado que las personas obesas son peor vistas por la sociedad, se las juzga como gente menos eficiente y menos responsable, quedando así discriminadas por el entorno.
La obesidad también tiene repercusiones a nivel psicológico. Generalmente las personas obesas tienen una menor confianza en sí mismos, peor autoestima y más probabilidad de depresión. Eso genera una mayor ansiedad y estrés que puede retroalimentar la propia enfermedad.
Es una situación difícil de revertir, pero no imposible. Lo importante es trabajar correctamente en un equipo multidisciplinar para dar con el tratamiento que mejor se adapte a cada persona.
Cárabo: ¿Cómo podemos prevenir el sobrepeso y la obesidad?
Anna Pujol: La mejor forma de prevención es trabajar los hábitos de vida. Mantener un estilo de vida saludable a nivel alimentario, físico y psicológico.
No se trata de seguir dietas, sino de comer bien, de entender nuestro propio cuerpo, saber lo que necesita y actuar con coherencia. Disfrutar de la comida sana como forma de vida.
Salir del sedentarismo y mantener una rutina de ejercicio, no para perder peso, sino para mantenernos sanos. El ejercicio físico tiene innumerables beneficios para nuestro cuerpo y salud mental. Estamos hechos para movernos.
Trabajar a nivel psicológico en momentos de ansiedad o estrés. No ver la comida como una forma de refugio o de automedicación cuando estamos mal, sino saber buscar la ayuda pertinente. La mente es tu mejor aliada, pero puede ser tu peor enemiga.
Cárabo: ¿Cuál es la función del nutricionista en el tratamiento de la obesidad?
Anna Pujol: Como hemos visto la obesidad no es un problema únicamente alimentario. Es mucho más complejo y su tratamiento también debe serlo.
La función del nutricionista debe ser entender la causa de la obesidad de manera individual y adaptar el tratamiento a cada persona de manera personalizada. No podemos cogernos únicamente a una dieta hipocalórica sin trabajar el origen del problema, ya que la ansiedad y el efecto rebote que genera puede tener implicaciones mucho peores que el problema inicial.
Personalmente pienso que el nutricionista debe guiar la persona hacía un estilo de vida saludable. Enseñar a comer bien, entender el propio sistema de cada uno y encontrar un tratamiento que se pueda seguir de por vida, ya que comer hay que comer todos los días, no es algo opcional que se pueda dejar.
Cárabo: ¿Cuándo debemos ir al nutricionista?
Anna Pujol: En cualquier momento. Nadie nos enseña a comer bien, aprendemos de lo que vemos en casa y en nuestro entorno. Los únicos conceptos de nutrición que se tienen a nivel general de población es lo que se dice en la tele, se enseña en una charla en el cole o se lee en una revista. Todo el mundo se atreve a hablar de alimentación y todos se creen expertos. Tanta información llega a confundir y la mejor manera de salir de dudas es acudir al profesional adecuado.
Los hábitos alimentarios se adquieren en la infancia y en papel de los padres en la alimentación de los hijos es clave. Así que cualquier persona que decida lo que come puede acudir a un nutricionista para que le guie sobre su forma de hacerlo. Eso es todavía más importante si se tienen hijos, ya que éstos van a heredar la forma de comer de sus padres.
Cárabo: ¿Qué consejos nos puedes dar para elegir un nutricionista?
Anna Pujol: Lo importante a la hora de elegir un nutricionista es que nos transmita confianza y seguridad. Que sea flexible a la hora de dar pautas y recomendaciones y se adapte a la vida de cada persona.
La nutrición no es una ciencia exacta y hay miles de formas de trabajar igualmente correctas. Lo importante es seguir un tratamiento o una forma de alimentarse que cuadre con el estilo de vida de cada paciente y sobretodo que se pueda mantener bien al largo de los años.
El nutricionista no debe limitarse únicamente en pautar dietas sino también en trabajar aspectos de promoción de la salud que te guíen hacía una forma de vida